El Ca Mè es por encima
de todo una raza funcional, como lo han sido hasta tiempos recientes todas las
razas de perros, que convivían con el hombre para aportarle un provecho. Por eso
la coloración del pelaje es un factor secundario, ya que este no tiene ninguna
influencia en el resultado del trabajo que tiene que hacer un perro de esta
raza. Precisamente porque estos perros no han estado nunca seleccionados por el
tipo de color, nos encontramos con una amplia gama de colores.
Esta riqueza de color, como
cualquier otra señal morfológica, viene amparada por la expresión genética. Por
esto ningún individuo puede transmitir una característica que el no lleve,
aunque sea de manera recesiva. Para aclarar las composiciones genéticas de las
diferentes tonalidades, las herencias e interpretar resultados, hacemos un
análisis de la transmisión genética del color a la raza del Ca Mè.
Los aspectos que se estudiaran,
son los genes que definen el color y están regidos por genética cualitativa.
Estos están integrados dentro de diferentes series que definen lo siguiente, la
extensión del color, la coloración propiamente dicha y la presencia o ausencia
del fuego.
Extensión de la
coloración.
La presencia de manchas blancas
es muy frecuente en el Ca Mè. Esta presencia viene determinada por la actuación
de la serie “S” llamada “Self”, que además del gen
nominal tiene tres hálelos mutantes. Estos tres mutantes expresan manchas
blancas sobre el color de fondo, y los diferencia la cantidad de blanco que
tienen.
El primitivo “SS”,
expresa coloración completa, en el caso del Ca Mè, animales negros, marrones,
naranjas o limones completos.
Por orden de menos a más blanco,
y también por orden de dominancia, aunque esta es incompleta, el primero es el
“Manchado Irlandés”, representado por el símbolo “si".
En este caso las manchas blancas cambian desde algunos puntos de las piernas,
pecho, nariz, hasta un estrecho anillo alrededor del cuello u hombros.
El segundo es el “Manchado Piu”, representado por el símbolo “sp”,
el blanco es más extenso cogiendo parte de la cabeza y cuerpo, extremidades y
cola.
El otro tipo es el “Manchado hiperexpresado”, este produce la máxima cantidad de blanco,
dejando el color de base como minoritario. Este se representa por el símbolo “sro”.
Es muy común en el ca Mè que las
superficies manchadas de blanco estén coloreadas con pequeños puntos de color
en forma de pecas. Este moteado se
denomina genéticamente “Ticking” i es producido por
un gen dominado “T”.
Las pecas están ausentes
en el momento de nacer, y aparecen al cabo de un par de semanas, a la primera
muda de pelo. La expresión es muy
variable, desde unos pocos puntos hasta casi tocarse.
Coloración propiamente
dicha.
El color del Ca Mè determinado
por la actuación de dos series alélicas representadas por las letras mayúsculas “B” y
“E”.
A la serie “B”, el gen dominante
B representa el color más oscuro (negro) y b, que es el recesivo,
el color más claro (marrón).
La serie “E” confirma o modifica
los caracteres expresados por la serie precedente. Así, E es el
dominante y su presencia confirma que el perro será negro o marrón, mientras
que el recesivo e provoca la no confirmación, modificando aquello
expresado en la otra serie. De esta manera, con e, el perro negro se
convierte en naranja, y el perro marrón se convierte en limón.
Con lo visto hasta ahora podemos
saber cual es la composición genética posible de cada color:
- Color negro: han de
tener obligatoriamente una B y una E, independientemente de los
otros dos, ya que son dominantes. Las expresiones genéticas de un negro pueden
ser, BBEE, BBEe, BbEE, BbEe.
- Color marrón: han de
tener como invariables bb y una E. Las
expresiones genéticas pueden ser: bbEE y bbEe.
- Color naranja: han de
tener como invariables una B y ee. Las
expresiones genéticas pueden ser: BBee y Bbee.
- Color limón: la única
expresión genética posible al tratarse de los recesivos e y b, es
la bbee.
Se puede ver, que mientras en
unos casos la identidad entre fenotipo (características visibles) y genotipo
(expresión genética) es total, en otros no, pudiendo transmitir a la
descendencia colores que el no presenta exteriormente por estar cubiertos por
un dominante.
Sobre los colores antes
descritos, se puede encontrar una particularidad, que provoca las marcas de
fuego o la formación de tricolores. Eso es debido al sombreado rojo encendido
que en estos perros se observa en el hocico, nariz, sobre los ojos, y en las piernas.
Según el ejemplar puede ser más o menos extendido. Ya que una de las señas más
características de esta coloración son las dos manchas de color que quedan
sobre los ojos a manera de cejas, a veces los perros con marcas de fuego son
llamados cuatro ojos.
La serie que determina su
presencia o ausencia, es designada por “A”. los
genes de esta serie son A, dominante y que significa la ausencia de
marcas de color fuego. El recesivo at,
indica su presencia.
Como vemos, esta serie es
totalmente independiente de las anteriormente llamadas, por eso se pueden
encontrar ejemplares con marcas fuego, de los cuales el color de base puede ser
negro, marrón, naranja o limón. En estos últimos colores es más difícil saber
si los tienen o no, ya que el fuego se confunde con el color de base.