Funcionalidad del ca mè mallorquín

El Ca Mè Mallorquí es un perro de caza, un auxiliar del cazador. Y dentro las distintas formas que se caza con los perros, el Ca Mè es un perro de muestra. A lo largo de los tiempos y aún ahora, estos perros utilizados por este estilo de caza han recibido y reciben diferentes nombres, todos indicando el mismo tipo de trabajo, así podemos ver referencias antiguas o modernas en perros de punta, perros ventadores, perros perdigueros, perros de muestra y cobro, perros de parada...

Actualmente el cazador utiliza casi exclusivamente las armas de fuego, pero no siempre ha sido así, y el Ca Mè, ya ayudaba a los cazadores mallorquines, cuando estos iban a cazar con redes, ballestas o con halcones.

Los trabajos principales que realiza el Ca Mè como perro de muestra y ayudante del cazador son el localizar las piezas de caza, mostrarlas al cazador, levantarlas para ponerlas a tiro, y una vez abatidas portarlas al cazador.

Pero esta manera de trabajar para el cazador se puede hacer de varias maneras, mas rápida o mas lenta, mas cerca o mas lejos del cazador, mas local o mas extensa en terreno...

Esto no quiere decir que una sea buena y la otra mala. Lo que pasa es que hay muchos tipos de terrenos, diversas especies de caza, diferentes densidades de caza, diferentes edades del cazador, diferentes pretensiones de cazar, diferentes posibilidades de los cazadores...

De aquí, viene que haya diferentes razas de perros de muestra, y todas sirven para la caza, adaptándose mejor unas que otras, a los condicionantes antes mencionados.

El Ca Mè, como una más de las razas de muestra, se adapta bien a algunos condicionantes de los mencionados y en cambio a otros no, como cualquier raza. 

La manera de cazar del Ca Mè es más bien lenta, con el trote como aire de trabajo principal. Bate mucho de terreno, pero no por extensión sino por ir haciendo lazos y inspeccionarlo todo. No se aleja del cazador, busca cerca de el, y además siempre está pendiente de las instrucciones que pueda darle. Si no recibe ordenes, el perro se gira para pedirlas. Quiere ser guiado, quiere estar sincronizado con el cazador.

En la caza el perro lleva la nariz a media altura, característica bien propia del Ca Mè, a diferencia de otras razas modernas que ventean por arriba. Esta manera de cazar ya fue descrita en el S. XIX, comparándola con la manera que los corderos van a pastar.

También destaca en el Ca Mè, su precocidad en aficionarse a la caza, cosa que si está bien orientada, hace que de joven ya pueda hacer un buen servicio.

Todo esto hace que el Ca Mè sea un buen perro de muestra, para un tipo determinado de cazador: el que quiera hacer una caza lenta, o su caminar no sea ágil. Esta lentitud, su constancia sobre el terreno, orden en las batidas, y la nariz a media altura, hacen que sea perfecto y tenga un rendimiento aceptable en terrenos de vegetación espesa, difíciles, y de poca caza.

Entendiendo la caza como una actividad tradicional, relacionada con las características particulares de la fauna, la vegetación, el clima, la orografía, la propiedad de la tierra, y mil aspectos más, consideramos que tiene una parte diferenciada y enriquecedora, como es la de perpetuar técnicas, costumbres, gastronomía...

Por todo esto, utilizar un perro de raza mallorquina, por encima de las ventajas técnicas que pueda tener, tiene de bueno que acaba de confitar la actividad de la caza como actividad tradicional y su rastro cultural diferenciado.